POR YAIDIMA DIAZ GOMEZ
Apenas abre sus ojos. Sabe que se acerca el final, mas no lo acepta. Ama la vida, ama su vida, tiene tantos planes. Aún se pregunta: cómo y cuándo sucedió….
Fue dos años atrás, cuando el “bultico” en su seno la hizo entrar a un salón de operaciones. El “bultito” terminó en una radical de mama. Le faltaba un seno y le sobraba espíritu para afrontar su nueva vida. Con risas y bromas espantaba el miedo, minimizando la ausencia, se trata de aceptar decía mientras se balanceaba en la terraza y jugaba con sus llaves.
Pasaron los meses, también las consultas. Sueños, esperanzas, buenas noticias, la alegría familiar. Dos hijos, un esposo, cuñados, concuñas, sobrinos, varias generaciones y una casa grande, bien repleta de gente y de amor que soñaban con su final feliz.
Hasta que un día asomó la “vieja”. Ridícula “vieja” que tanto dolor deja a su paso, que tanto desconsuelo genera. Llegó a despertar sospechas que luego se convirtieron en certezas y la maldita metástasis que nos la arrebató en 16 días. Mi tía fue una guerrera, un ejemplo de mujer fuerte capaz de afrontar y combatir la enfermedad. Pero hoy mi tía no está con nosotros, se escapó antes de tiempo y aunque nos colmó de su carisma nos duele a rabiar su ausencia física.
En América, el cáncer constituye la segunda causa de muerte, y aproximadamente 2,9 millones de personas son diagnosticadas anualmente, de ellos, 1,3 millones fallecen. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la causa fundamental es que el 30 % de la población en América Latina no tiene acceso a atención de salud por razones económicas.
Por ello, cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama, con el objetivo de brindar apoyo a las mujeres para enfrentar esta enfermedad e incentivar a su temprana detección. Aunque los expertos insisten en que no existe una vía para evitar el cáncer de mama, sí hay pruebas complementarias que ayudan a detectarlo tempranamente como: la mamografía, la ecografía, la punción y la biopsia.
También, y el más usado porque carece de valor económico, el autoexamen de mama que consiste pararse frente a un espejo y palparse ambas mamas para detectar anomalías en ellas, que pueden ser un indicio de cáncer de mama. Cualquier “bultico” debe parecer sospechoso y acudir al médico de manera inmediata le da un margen bueno de curación al paciente.
Por ello, los médicos recomiendan hacerse el autoexamen a las mujeres mayores de 20 años de manera mensual y luego de los 25, un especialista debe revisar sus senos anualmente. A partir de los 40 años, es conveniente que se someta periódicamente a una mamografía.
Lo importante es vivir, es reír y hasta bailar. Lo importante es que un cambio físico no derrote a un ser humano y la resiliencia llegue pronto. Tener hábitos saludables, hacerse exámenes periódicamente y apoyar a quienes lo necesiten debieran ser las máximas para este 19 de octubre.