POR JESSICA RUFIN HERNÁNDEZ (RADIO 26)


El artista confesó a Radio 26 que su obra en esta bienal “es un homenaje a mi madre, y a todas las madres que lavaban sus sábanas a mano. Mi obra recrea toda esa tradición de las cubanas que lavan y tienden la ropa en patios, en los pasillos, balcones y hasta en la misma calle con una cuerda atravesada de un extremo a otro”.
A sus sábanas blancas, el artista imprimió fotografías tomadas por su caprichoso lente, las cuales reflejan una realidad cotidiana en nuestra Cuba actual. El proyecto, alcanzó su esplendor intervencionista cuando el autor decidió salir a las calles y capturar la reacción del público matancero interactuando con su obra.
Fue así que las sábanas de Ernesto intervinieron hogares, peluquerías, gimnasios y escuelas de arte en la provincia matancera.
“Resultó una experiencia mágica, realizamos tomas de fotos con la gente en la calle interactuando con las sábanas, la gente se apropió de la obra y jugó con ella hasta desgastarse. Fue increíble ver como el público se hizo parte indispensable de mi proyecto.”
Ernesto expone su obra en la calle de Medio, en una de las galerías de la ACAA Matanzas y en la sede de la Oficina del Conservador de esta ciudad tricentenario. Sus telas fondo-pureza impregnadas de color crean nuevos bríos en el ambiente y respaldan poderosamente el proyecto concebido por María Magdalena Campos Pons.
Para Millán, lo mejor que ha sucedido en esta primera bienal matancera es que “los artistas están compartiendo su arte, literalmente, con toda la ciudad”.
