Tony Ávila: un hombre común y corriente

POR BRENDA GONZÁLEZ BETANCOURT, ESTUDIANTE DE PERIODISMO (TV YUMURI)

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“Me mueven los sueños, las aspiraciones, las metas”, fueron palabras de un personaje sencillo, que en lugar de ostentar gruesas cadenas de oro prefiere su fino colgante negro con una guitarra de acero. Su vestimenta es común, al igual que las gorras que la mayoría de las veces cubren su cabeza. Lo que lo hace diferente está en lo que hace, no en cómo luce.

Antonio Ávila Bacas, más conocido como Tony Ávila, nació en La Habana, pero tuvo que mudarse a Matanzas, específicamente a Cárdenas, porque a su padre le ofrecieron una oportunidad de trabajo en la provincia. “Tenía dos años nada más, no poseía poder alguno de decisión, ni de oposición. Lo sucedido fue algo ajeno a nuestra voluntad”.

El cambio fue muy bueno para él, se vio alejado de esa densidad de la capital. Creció feliz con sus hermanos y alega que si hubiera tenido voto vendría de nuevo a la Atenas de Cuba.

“El entorno familiar siempre fue muy musical”, expresa Tony. Aunque ningún familiar era profesional de la música, con motivo de su afición ha llegado a tener una próspera carrera.

“Estudié Técnico Medio en Refrigeración Naval, pero nunca lo terminé. Después cursé el magisterio de Historia y Filosofía. Me gradué y ejercí la carrera”. En todo este proceso lo artístico solo era un hobby. Sus propias amistades, y aquellos seres más queridos que le rodeaban, lo convencieron de que el camino que debía seguir era el de cantar.

No es capaz de jerarquizar las colaboraciones de las que ha formado parte, para Ávila hasta las desconocidas, entre amigos, contienen valor. A pesar de esto expresa sentirse orgulloso de compartir escenario con grandes de la canción como el boricua Gilberto Santa Rosa, Sergio Vargas, el trovador Silvio Rodríguez, la orquesta Los Van Van, entre otras personalidades de Cuba y el mundo. A veces cree no merecer tales privilegios, sin embargo, está confiado de que, si el destino así lo quiso, es porque de algún modo era el elegido.

– ¿Ha influido en ti el hecho de ser reconocido a nivel mundial?

-Me sigo sintiendo un paisano, un hombre común y corriente. No quiero vivir entre burbujas, soy una persona y entre ellas debo estar. Puede que un día quiera aislarme para componer, pero quiero vivir como me enseñaron desde que nací, y así quiero morirme”.

“La mujer es una gran fuente de inspiración, no solo por ser una entidad suprema de belleza, delicadeza, de detalles, sino porque es muy fuerte”.

Pero como él mismo diría, no hay fuente de inspiración más amplia que la vida. “Todo lo que me rodea me preocupa, me hace formular preguntas, me inquieta”, asegura.

Uno de los sencillos del reportorio de Tony Ávila que ha convulsionado el panorama musical es Mi casa.cu. Sobre esta magistral composición, y lo que lo motivó a escribirla, expresó el artista: “Cuba, mi día a día. Fue una canción que compuse hace diez años, y que sin quererlo fue profética. Fue una premonición de cosas que están ahora en el debate social diario”.

“Se convirtió en una especie de voz de lo que se quiere expresar. Los cambios son parte del proceso de un país, de uno mismo, la vida es cambio. Ese criterio es inherente, no tiene forma de ser negociado con la parálisis social”, añadió.

La idea del videoclip del tema fue de su director Alfredo Ureta, su compañero de estudios en el preuniversitario, y quien antes de lanzar el audiovisual de La choza de Chacho y Chicha quería hacer el de Mi casa.cu. Al ser el primero un éxito en aquel momento se decidió que el lanzamiento del otro se pospondría.

Tony comenta que “la decisión de esperar nunca estuvo mejor tomada”, que “no hubo mejor ocasión. Lo que más me gustó del video fue ver a niños cantar la canción gracias a él. Tiene ese toque aparentemente infantil, pero sin nada de inocente. Ellos lo ven como un juego”.

Los momentos duros de su vida son inolvidables, al igual que los buenos. No puede mencionar alguno en específico. “Vivo a la expectativa de lo bueno o lo malo que pueda pasarme y aprendo a lidiar con ello”.

Para hablar de sus proyectos futuros no necesita explicar mucho: “Trabajar. El trabajo es la base de todo”. Una enseñanza que sus padres inculcaron en él y que hoy cumple a cabalidad.

No importa cuántos galardones reciba, el aprecio y la admiración de las personas va a ser siempre el mejor regalo, ese que hace que sus letras encarnen realidades sociales, y que su guitarra le dé el toque musical que necesita.

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