POR OLIVIA HERRERA JUNCO
Se hace necesario profundizar en el tema sobre la violencia de género y, en particular, hacia las mujeres y las niñas. Resulta importante ampliar la cultura jurídica que permita a las víctimas identificar cuándo son vulnerados sus derechos y que reconozcan además las formas adecuadas para exigir su cumplimiento. Ante desigualdades se impone la aplicación de una norma, porque nada justifica dicha actitud negativa.
La Constitución puede ser el pie forzado para que evidentemente se aprueben nuevas leyes en contra de la violencia y se perfeccionen las existentes. Por ahí vendría la necesidad de empoderar, de capacitar, dotar de conocimientos jurídicos a las víctimas y también a los victimarios.
Hemos heredado un sistema patriarcal, pero estamos en un momento para reflexionar. La solución no solo radica en darle un tratamiento aislado a la violencia, sino trabajar como un equipo multidisciplinario, que participe el médico, psicólogo, abogado, trabajador social, fiscal, entre otros especialistas. Es necesario contar con un grupo sensibilizado y capacitado en la temática, además de una estrategia de comunicación permanente.
La nueva Constitución recoge en su texto la importancia del reconocimiento de la igualdad y no la discriminación, además de la responsabilidad del Estado como garante de los derechos de las personas y, en especial, de las féminas.
En nuestro país muchas voces se alzan a favor de la igualdad de género. Debemos explicarles a nuestros hijos qué significa la violencia y las formas de manifestarse, como por ejemplo maltratos físico, psicológico, sexual. Enseñarles, además, cómo el hombre debe tratar a las mujeres y viceversa; involucrarlos con las labores de la casa, porque no existen cosas de hembra, ni de varón, sino de todos.
Sin dudas, es un tema que tiene muchas aristas por abordar. Siempre unidos por la equidad género.