POR ARNALDO MIRABAL HERNÁNDEZ
La naturaleza nunca deja de sorprender con sus formas y caprichos. Justo en el viaducto matancero acontece en un fenómeno asombroso, sin explicación aparente y desconocido por muchos: un manantial brota dentro del mar.
Matanzas es una de las provincias cubanas de mayor riqueza hídrica, gracias a la profusión de su manto freático.
Mas seguramente son pocos los yumurinos que conocen que a orillas del viaducto brotan dos manantiales de agua dulce.
El primero se ha hecho sitio un tanto habitual de bicitaxeros, que se llegan hasta allí para darse un chapuzón ante el inminente calor, e incluso, enjuagar sus ropas para retirarle el sudor.
Vecinos de la zona aseguran que ante las afectaciones del abasto de agua tras el paso de algún evento atmosférico, aprovechan sus aguas para labores domésticas.
Sin embargo, a poco metros de allí, burbujea otro con más fuerza dentro del mar, que se deja ver cuando la marea desciende.
Por supuesto que habrá que estudiar el fenómeno, ahora surgen las primeras conjeturas: una corriente subterránea que desciende del sistema cavernario Bellamar, alguna tubería rota que desemboca en la bahía, o sí se trata de la prodigalidad de las aguas matanceras, tan ricas en ríos y ojos de agua.
Lo cierto es que un buen días Matanzas puede asumir otro epíteto, de los tantos que posee, además de la urbe de los ríos y puentes, bien podrá llamarse la ciudad de los manantiales.