POR DAGOBERTO ARESTUCHE
Ataviado con la modestia y sencillez que lo caracteriza, el bicampeón mundial Andy Cruz Gómez fue recibido por las máximas autoridades del Partido, Gobierno y el Deporte en la provincia horas después de su arribo a la Patria con la medalla de oro conquistada en buena lid en el XX Campeonato Mundial de Boxeo de Ekaterimburgo, Rusia.
Liván Izquierdo Alonso y Tania León Silveira, titulares del Partido y el Poder Popular, respectivamente, junto a otros dirigentes, congratularon al único cubano que logró la preciada conquista en el gigante euroasiático.
“Siempre tuve presente que representaba a Cuba y que cada adversario buscaba, como yo, el triunfo para su país, por lo que estuve concentrado en cada combate. No puedo definir cuál era el más difícil, porque todos lo eran”, declaró el hijo pródigo del poblado de Alacranes, municipio de Unión de Reyes.
Andy, como tiene acostumbrado a sus seguidores, es en la actualidad lo que más vale y brilla en el boxeo cubano, y sus cualidades y resultados competitivos constan para las Olimpiadas de Tokio, Japón-2020.
Su técnica y estilo heterodoxo, aplicable a los rivales agresivos como norteamericanos, latinoamericanos y de las exrepúblicas soviéticas, en particular rusos, kazajos y uzbecos, siembran respeto.
Ahora en los 63 kilogramos, deviene locomotora del tren que en las últimas décadas ha significado el boxeo para el deporte cubano.
En cuanto al Mundial concluido hace unos días, se impone la búsqueda de talentos con conocimiento y experiencia, para sustituir a algunos establecidos cuyos derroteros y resultados resultan inestables.
La aplicación de la moderna tecnología en el deporte de los puños obligan a cambios de estrategias en estilo, pegada y comportamiento sobre el ring.
En realidad el boxeo del patio requiere cambios, actualización. No basta con imponer técnica, que es necesaria. Ya no es la época del padre de esta disciplina en el país, Alcides Sagarra Carrión, ahora se estudia a cada boxeador y sobre esa base se prepara el rival, como se vio en Ekaterimburgo, donde no hubo improvisaciones, sino conocimiento de cómo era cada cubano allí presente.
De Arlen López (75 kilos) nadie duda de su calidad y de que en el pleito que perdió propinó los mejores golpes, pero su rival fue más sistemático, y le dieron victoria . Asimismo, Roniel Iglesias, no impresionó a los jueces con golpear de diestra y siniestra, y estos se decidieron por la esquina opuesta. Tirar y tirar se impone por sobre lo demás.
Por otra parte, por qué se cansan demasiado los nuestros, si se preparan bien y participan en varios certámenes. Tiempo atrás existían dos y tres primeras figuras y participaban todos en torneos oficiales y por invitación. Ahora repiten las primeras figuras, lo cual compromete el desarrollo de los púgiles.
En lo individual, Erislandy Savón vio pasar sus mejores tiempos. A la no tenencia de pegada y depurada técnica se suman lentitud y pereza en pegar con su mano derecha. Casos similares los de Yosbany Veitía y Roniel Iglesias con inestables resultados. Deben dar paso a los demás.
Julio César La Cruz puede estar en Tokio, pero debe mejorar su estilo, pues perdió una buena parte de su rapidez. El boxear con ‘brazos caídos’ ya no le aportan los dividendos de antaño. Guardia en alto si, como se anunció, asciende a los 91 kilos.
Japón está cerca y desde ahora los técnicos están obligados a mirar a este deporte desde otro ángulo, para no tropezar de nuevo con idéntica piedra.Tenemos un campeón en casa, pero queremos más, y puede lograrse con inteligencia y trabajo esmerado, con puños solo no basta.