POR DAGOBERTO ARESTUCHE
La crueldad del actual gobierno de Estados Unidos y, en particular, de su presidente Donald Trump, no tiene paralelo alguno, porque no basta con pretender hacer padecer al pueblo cubano de recursos materiales de diversa índole, incluido los alimentos, sino que impide que medicamentos vitales para la vida de niños y adolescentes, lo que convierte en crímenes de lesa humanidad.
Este cínico presidente, con el apoyo de otros desalmados como él, sobre todo aquellos del ala cubano-americano cuyo odio a todo lo que huela a Cuba es visceral, impide que jóvenes como Bryan Gómez Santiesteban, de 16 años de edad, y Leydis Posada Cañizares, de 19, tengan que utilizar prótesis internar fijas en lugar de las extensivas, porque las mismas las fabrican por la compañía Stryker, de procedencia norteamercana.
Y como si ello fuera poco, como diera a conocer el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrillas, la paciente Mayra Lazus Roque, de 57 primaveras, con padecimiento de cáncer renal no puede obtener los medicamentos adecuados porque los mismos se producen en una industria estadounidense.
Son ellos solo algunos ejemplos de los males que de forma directa ocasiona el Bloqueo Económico y Comercial que desde hace más de 50 años establecen los gobiernos de Estados Unidos contra el pueblo cubano, y que el de Donald Trump recrudece desde su llegada a la Casa Blanca.
A las agresiones a la heroica Isla del Caribe Insular no escapa nada, porque su principal objetivo de provocar hambruna, desinterés, desconfianza y deserciones entre los cubanos, lo que no lograrán jamás porque este es un pueblo unido, agradecidos de su Revolución Socialista.
No solo impiden que lleguen a Cuba materias primas importantes, que se logren acuerdos con bancos financieros, que se hagan transacciones con compañías norteamericanas, que incluye las agrícolas e industriales alimentarias, sino el incumplimiento de acuerdo en materia de visitas a Cuba de especialistas culturales y científicos, así como los intercambios académicos de toda índole.
No escapan a esta aberración presidencial los encuentros deportivos, la entrada a Cuba de turistas y de barcos de la industria sin humo mediante naves aéreas, vuelos charters y cruceros, además de impedir que yates crucen el estrecho de la Florida para llegarse hasta esta Isla.
A las persecuciones bancario-financieras para que este país no pueda solicitar préstamos, ni que entidades extrajeras puedan realizar inversiones en este país, se suma la reducción de las remesas de los residentes allá para sus familiares.
El recrudecimiento de las medidas criminales, incluida la aplicación de leyes extraterritoriales de su bloque contra terceros países, demuestra una vez más que este cavernícola inquilino de la Casa Blanca, quien provoca daño humanos incalculables, violando el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Pero nada podrá doblegar a este pueblo noble y heroico, capaz de asombrar al mundo, porque en medio del bloqueo ayuda a otras naciones del mundo en cuanto a salud, educación y en otros renglones sociales. Sus especialistas enfrentaron el Ébola en África, terremotos en varias naciones, el analfabetismo y la insalubridad.
El bloqueo será derrotado, Trump se irá y el pueblo cubano saldrá victorioso de este trance. Como hasta ahora sus mujeres y hombres enfrentarán y derrotarás estas maquinaciones inhumanas, fraguadas por el cinismo y el odio a la grandeza y valor históricos de los cubanos.